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  • Foto del escritorAraújo Ibarra

Intervensionismo fuerte, rápido y de impacto: keynesianismo con esteroides


Análisis de las ayudas y facilidades que el gobierno y otras entidades han puesto a disposición de las empresas.


Las memorias autobiográficas de Ben S. Bernanke, quien relevó a la leyenda Alan Greenspan como presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, las denominó su autor “The Courage to Act” o “El Coraje de Actuar” en español, y trataron sobre las decisiones que se tuvieron que tomar en la crisis de 2008 para rescatar la economía estadounidense del colapso financiero y mitigar lo que habría podido ser una recesión mucho peor; si no se hubiera actuado con premura y grandes paquetes de estímulos económicos. Europa les siguió con medidas similares y antes las había usado Japón para incitar su economía que se estaba adormeciendo.


De esta crisis de 2008, y las otras que se han vivido, han quedado lecciones aprendidas muy importantes que ayudan a los gobiernos a navegar con algo más de certeza en estos momentos donde casi todo es incertidumbre y temor. El término “Quantitative Easing” (QE) tomó mucha relevancia durante estos tiempos, para referirse a programas de los gobiernos, donde se buscaba inyectar grandes cantidades de liquidez al mercado mediante la compra de activos financieros que, en su mayoría, eran bonos gubernamentales y cuando los otros mecanismos más convencionales habían dejado de tener el efecto deseado, o ya no eran viables por estar las tasas cercanas a cero o en cero.

Hoy, con la pandemia del Covid-19, nos enfrentamos a la depresión económica más fuerte conocida por esta generación. Dos choques importantes como son el coronavirus y la guerra de precios del petróleo, generada entre Rusia y Arabia Saudita, han llevado a los gobiernos y bancos centrales a poner especial énfasis en estimular las economías después de haber tomado la difícil decisión de parar los sectores productivos de tajo, confiando en que cuando se vuelvan a abrir, el efecto no sea tan negativo y se consiga reavivar la economía con el menor daño en cuanto a quiebras empresariales, perdidas de empleo e incluso una posible crisis financiera.


El Gobierno colombiano se ha visto en la obligación de pasar por alto la regla fiscal y olvidar a las calificadoras de riesgo momentáneamente, buscando usar gran parte de su arsenal para responder con premura a las necesidades sociales, de salud y económicas que se están presentando en el país.


En esto, el Gobierno del Presidente Iván Duque ha actuado sin timidez, el primer frente que abanderó, fueron los programas sociales liderados por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), quienes tuvieron la oportunidad de mostrar mediante el ingreso solidario y la devolución del IVA la robustez de unas bases de datos que se han venido trabajando y mejorando por más de 20 años, y que ya se venían probando a través de programas como Jóvenes y Familias en acción y el programa Adulto Mayor. Posteriormente, se ha venido compitiendo en un mercado global que busca los mismos insumos sanitarios para contener el contagio y mejorar las tasas de recuperación de quienes enferman con el virus.

El Gobierno, a través primero de Bancoldex y Findeter con unos programas que se han quedado muy cortos y tan pronto salen al mercado se agotan a los pocos días, y ahora buscando dar garantías de hasta el 90% del capital prestado mediante el Fondo Nacional de Garantías (FNG) con un subsidio a la comisión, está tratando de calmar el nerviosismo de la banca comercial para que apoyen a las empresas con capital de trabajo que sirva principalmente para el pago de nóminas.


El sistema financiero seguirán haciendo sus respectivos análisis de riesgo y entregando los recursos de acuerdo al potencial de pago de sus clientes; con estas garantías gubernamentales, se deberían ver tasas interesantes para los empresarios y estimular el apetito de riesgo, para asegurar el acceso a crédito de empresas que se hayan vuelto más riesgosas, aunque en este momento, lo primordial que tienen los empresarios en la cabeza es que la plata más costosa es la que no se consigue; y por lo mismo, están buscando recursos frenéticamente, incluso saliendo de sus inversiones más líquidas en momentos en que los precios se encuentran en mínimos históricos para su venta, haciendo lo contrario de la máxima “compre barato y venda caro”.


Lo preocupante es que pareciera que los bancos también están robusteciendo su caja y la sensación del empresariado es que los recursos de financiación no están llegando con la premura necesaria para hacer frente a la crisis sin despidos, como ha implorado el Gobierno. El nerviosismo bancario de perder recursos con prestamos que se vuelvan incobrables o incluso de una corrida bancaria en el peor de los casos, los tiene siendo muy cautos y desacelerando el ritmo de desembolsos que está necesitando el tejido empresarial en estos momentos. No hay modelos de crédito que puedan prever el impacto que va a tener la parálisis de la economía, porque una variable clave cómo es el tiempo que va a durar el cierre o la consecución de una solución farmacológica definitiva, es desconocida por todo el mundo.


El Banco de la República ha tenido un papel muy relevante en dar mayor tranquilidad al mercado financiero, tomando una serie de medidas en favor de la liquidez de estas instituciones, que también deberían verse reflejadas en el público general en el corto plazo. El Emisor ha inyectado capital permanente a la economía, aumentando un poco más del doble los cupos de liquidez, incrementando también el grupo de entidades que tienen acceso a estos recursos, permitiendo el uso de títulos tanto de deuda pública como de deuda privada para garantizar las operaciones del mercado monetario e incluso con la compra de títulos para garantizar que haya un comprador al otro lado de las puntas de venta y lograr así que estos papeles no se desvaloricen.


La disminución de tasas por parte del Emisor ha mostrado que las decisiones se tomarán de forma gradual, permitiendo que posteriormente siga usando esta herramienta y dejando mucho más espacio para ir tomando las medidas de forma progresiva y guardando munición para más adelante cuando seguro será necesaria. La última medida tomada por la entidad fue la disminución del encaje bancario del 11% al 8%, lo que debería tener el efecto de aumentar el nivel de la liquidez al tener los bancos que “guardar” menos reservas. También hubo una disminución en el encaje de los CDT´s de 180 días que pasó de 4.5% a 3.5% con la esperanza de que tenga el mismo efecto antes mencionado. Con estas medidas del encaje bancario, el Gobierno estima haya una inyección de recursos por un monto cercano a los COP $9 billones.


Por parte de la DIAN, se han tomado medidas desde el punto de vista del cambio del calendario tributario para aplazar el pago de impuestos; aunque se ha recibido como una determinación un tanto tibia, entendiendo también la necesidad de recursos que tiene el Estado. Una medida de caja que se ha recibido de forma muy positiva ha sido la devolución abreviada de impuestos, donde se establece que los contribuyentes que no sean calificados de riesgo alto reciban la devolución en los quince días siguientes a la fecha de solicitud. Otra disposición que se recibió con mucha satisfacción fue la tomada para disminuir temporalmente la cotización al Sistema General de Pensiones, en el cual, se estableció que el pago por pensiones tendría un alivio opcional donde se desembolsaría como aporte sólo el 3% por los meses de abril y mayo.


La economía tiene un fuerte componente psicológico y por eso uno de los indicadores más importantes está dado por la confianza del consumidor. Al sacar los paquetes que se han venido presentando como estímulos, lo que se espera es generar suficiente confianza, tanto en hogares como en empresas, para que, una vez superada la crisis, conseguir que las personas decidan gastar y no se dediquen exclusivamente a ahorrar. El mundo superará esta dificultad y países que hayan mostrado reacciones rápidas de contención, como Colombia, serán vistos con buenos ojos por inversionistas internacionales que tendrán que reinvertir sus recursos en algún momento. Casi todo se ve barato en estos instantes.


Finalizo diciendo que la forma como afrontemos este reto humanitario sin precedentes sentará las bases de lo que pueden ser mecanismos globales de colaboración y cooperación para superar la contingencia actual y evitar impactos tan dramáticos en las que están por venir. Se deben invertir los recursos de forma adecuada para no ser tomados nuevamente fuera de guardia y el esfuerzo debe ser mundial. El costo de invertir bien a futuro significa que haya una probabilidad menor de que algo similar vuelva a ocurrir con los impactos que ha tenido esta dificultad. Ya se empieza a observar algo de esa colaboración mundial cuando nos enteramos de la suspensión del pago de las deudas que tienen los países pobres con los países ricos al menos por seis meses.

Se perdieron trillones a nivel mundial para aprender esta lección y viendo en retrospectiva, ahora se entiende que mucho se pudo haber hecho con anterioridad a la Pandemia para estar mejor preparados y que, quizás, ni siquiera hubieran sido necesarias las cuarentenas. Definitivamente habrá enseñanzas y lecciones muy importantes para nuestra raza humana. Mientras la gente se ha guardado, la naturaleza ha buscado por unos días reconquistar sus espacios viendo que más de un billón de personas se están quedando en casa por solicitud de sus Gobiernos. Cabras en Gales, coyotes en San Francisco y zorros cangrejeros en Bogotá nos muestran que la vida continua y continuará después del Covid-19.


Cuando se apaga la economía esta en el interés de todos volverla a prender. Por esa misma razón muchas empresas del sector público y privado han aportado con lo que han podido y en la medida de lo posible han respondido manteniendo sus nóminas. Una mención especial a Sarmiento Angulo y a la Fundación Santodomingo que en Colombia han realizado las donaciones más grandes para enfrentar la crisis. Ojalá el renacer en el “nuevo mundo” nos tome con una perdurable sensación de humildad, solidaridad, iluminación y entendimiento.

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